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lunes, 26 de mayo de 2025

CAPÍTULO 8. LA OBRA DESAPARECIDA DE FRAY AGUSTÍN LEONARDO EN EL CONVENTO MERCEDARIO DE SANTA CATALINA DE TOLEDO DE 1624

La obra desparecida de fray Agustín Leonardo en el convento mercedario de Santa Catalina de Toledo de 1624


El cuadro de La Multiplicación de los panes y los peces de fray Agustín Leonardo, cuyo rastro se pierde en Toledo, no lo hemos podido encontrar. El convento mercedario de Toledo que figura a continuación lo ocupa el Palacio de la Diputación Provincial de Toledo en la actualidad .


 




La historia del convento mercedario de Toledo

La historia del Convento de Santa Catalina de Toledo[1] se remonta al siglo XIII. Se desconoce la fecha de fundación del convento, la tradición apunta al año 1260, pero los datos documentados indican que los mercedarios de Toledo poseían en 1291 la iglesia de Santa Catalina, extramuros, en dirección a Puerta de Visagra. Sería en 1435 cuando esta Orden pasa a situarse intramuros, gracias al patrocinio del arzobispo Pedro Tenorio, en 1380, momento en el que, alguna fuente apunta, que empieza a llamarse de Santa Catalina. A principios del S.XVII las obras del convento están concluidas. De sus muros saldrán personalidades importantes del área de la cultura como Tirso de Molina. La importancia e influencia del convento fue grande. Poseía gran cantidad de tierras y parroquias en la zona. En 1774 la Real Cédula de Carlos III le otorga una renta de 47.900 reales y con la reforma de 42 pasan 22 religiosos. Durante el S.XIX con la ocupación francesa, sufrió varios incendios y saqueos (1808) y en el momento de la exclaustración en 1835 contaba con tan solo dos frailes. En 1845 la fábrica del convento sería reformada y ampliada y para darle uso como prisión del reino con capacidad para 800 presos. Actualmente está ocupado por el Palacio de la Diputación Provincial de Toledo.

El mercedario fray Mario Alonso Aguado[2] estudió en 1985 los aspectos históricos y artísticos del convento de la Merced de Toledo. El Padre Alonso destaca como el convento mercedario de Sta. Catalina de Toledo no figura en los documentos hasta 1291 cuando fray Guillermo Vázquez en su Manual de Historia menciona que durante el generalato de Fr. Pedro Amer, en una bula de 1291 figuran las casas fundadas “en Toledo la iglesia de Santa Catalina, extramuros en el camino que va a la puerta de la Visagra, donde el general celebró el capítulo en 1292”. Señala como el arzobispo toledano D. Pedro Tenorio mejoró el convento, calculando que antes de 1399 el convento se trasladó dentro de la muralla. También mejoró mucho el convento fray Hernando de Córdoba entre 1460 y 1480. Y destacaron entre sus hijos ilustres fray Alonso Remón famosos dramaturgo o el conventual fray Gabriel Télez, el inmortal Tirso de Molina. Mientras que en 1774 había 34 frailes en el convento en el momento de la exclaustración en 1835 solo quedaban dos. Resultó destruido en parte durante la guerra de independencia, fue reedificado después y sirvió de presidio destinando la iglesia a su capilla. Dicho presidio fue derruido para edificar un palacio, que actualmente es la Diputación Provincial.

Alonso revisa un documento clave, un manuscrito de fray Agustín Arqués Jover (Registro del archivo del convento de Toledo de sus instrumentos, libros, etc. 1785, copia fotográfica que perteneció a fray Guillermo Vázquez en Biblioteca mercedaria Monasterio de Poyo). En dicho documento constan las tierras, viñas y casas que poseía el convento, pero sobre todo una descripción detallada de todas sus capillas, obras de arte, pinturas, esculturas, retablos y demás bienes del convento. Para nuestra investigación, destacar la presencia en esas fechas de pinturas del Greco y en especial de fray Agustín Leonardo de Argensola. En el folio 103v. del manuscrito al referirse al Refectorio indica: “El refectorio es pieza hermosísima, como también la del De profundis. Hay un arrogante lienzo de Cristo predicando a las turbas, sentado en el monte, y al pie un libro viejo con esta inscripción “Rmo. P. Nostro Fr. Gaspari Prieto totius Regalis Ordinis Beate Marie de Merc. Generali dignissimo sus obsequentisimus filius Fr. Augustinus Leonardo gratianimi ergo, dicat, et consecrat”.

La traducción de la inscripción por fray Mario Alonso es la siguiente: "A Nuestro Reverendísimo Padre Fray Gaspar Prieto, dignísimo General de toda la Real Orden de la Bienaventurada María de la Merced, su fidelísimo hijo Fray Agustín Leonardo, por lo cual agradecido dedica y consagra.".

Como destaca la investigadora Rebeca Carretero Calvo  [3] en el cuadro de Sobradiel figura también una inscripción laudatoria. Este tipo de inscripción con una inscripción laudatoria dentro de un libro figura también el cuadro de fray Agustín Leonardo de Sobradiel como vemos a continuación.


El lateral visible de éste muestra un relieve en el que distinguimos la representación del entierro de la Virgen. Debajo de él, en primer plano, observamos un libro abierto en el que leemos la siguiente inscripción: Vnde quaque Ill[ustrisimi]/ Domini D. Josepho/ Ludovicoque de las [sic]/ Sierra Varoni de/ Letossa eximio nec/ non Domino de Vi/lii et Fornillos/ multis ame titulis lau/dando, insignum ergo/ pro amoris pianusque gra/titudinis Fr. Augus/tinus Leonardo que a/nulatus in arte invis/ reque excussi liberiter/ [palabra perdida] pedesque ob/tuli, anno 1633. A la derecha, bajo la imagen del apóstol más joven, aparece la firma del pintor: Fr. Augustinus Leonardo inventor faciebat. La inscripción laudatoria nos lleva a pensar que el barón de Letosa encargó esta obra a nuestro fraile pintor. El militar José Luís de la Sierra y Pórtoles fue nombrado primer barón de Letosa el 22 de diciembre de 1628 por Felipe IV.


Continúa  Alonso que el padre Arqués no enumera en ese inventario de 1785 un famoso cuadro que había en la testera del refectorio sobre el milagro de los panes y los peces que elogio Ponz en su Viaje de España (Nota de la autora: aunque podría ser el anterior mencionado “Cristo estaba predicando ante las turbas a las que alimenta con el milagro de los panes y peces”). 

También indica en nota al pie: El P. General Gaspar Prieto presentó al Capítulo de Toledo en 1627 una partida: “Item de lienzo para pintar los siete cuadros que pintó el P. Fray Leonardo, y el cuadro de la testera de la división de la Orden, y de los colores que he dado al dicho religioso para ellos, mil quinientos reales, y éstos, o los más están en Toledo.

Del P. Gaspar Prieto dijo Tirso en su Historia “Débele también al maestro Fr. Gaspar Prieto nuestra casa de Toledo los lienzos que hermosean sus claustros y el retablo vistoso de su sacristía”. Tirso de Molina en su Historia de la Orden de la Merced (Penedo Rey, p. 497) no menciona a fray Agustín Leonardo, pero si destaca el cuadro de Toledo panes y peces: “Otro, casi de su precio y mucho mayor en la capacidad, dio al monasterio nuestro de Toledo, para la testera de el hermoso refectorio, que contiene el comuite, que Dios hombre, Redemptor uniuersal, hiço con los limitados panes y peces, a aquella infinidad de oyentes suyos, imitado en él este milagro, tan al proprio, que parece no falta persona de los cinco mil hambrientos, con sus hijos y mujeres”.

El mercedario fray Guillermo Vázquez Núñez[4] realizó en 1932 un estudio histórico de los diferentes conventos de la Orden de la Merced. Dentro de los conventos de la Provincia de Castilla Vázquez destaca del de Toledo lo siguiente:

 

 “En la antigua capital de Castilla y de España no se menciona casa de la Orden en 1268, pero en 1291 teníamos ya allí la iglesia de Sta. Catalina extramuros “en el camino que va a la puerta de Visagra”, según rezan los documentos. Allí celebró el capítulo de 1294 el general Fray Pedro de Amer. En 1387 el provincial Fray Juan Miranda trató de cambiar esa iglesia como dijimos al hablar de Soria, deseando sin duda trasladarse dentro de las murallas. No parece que se lograra este deseo hasta los años de 1435, según indica Pedro de Alcocer en su historia de la imperial ciudad, pues atribuye la nueva fundación a Fray Pedro de Valencia. Mejorándola mucho el comendador y Provincial Fray Hernando de Córdoba, según demuestran los innumerables documentos de su gobierno entre 1460 y 1489. En 1489 era comendador Fray Juan de Bustamante, a quien Inocencio VIII hizo obispo akadense conservando la encomienda. Hijo suyo fue entre otros el Maestro Fray Alonso Remón que allí profesó en 1605. Tenía 34 conventuales en 1774 y debían quedar solo 20. La diputación provincial ocupa el solar del convento”.

 


Referencias sobre el cuadro desaparecido del convento de Toledo

Según Palomino[5] el padre Leonardo “Executó otro Quadro grande, que ocupa el testero del Refectorio del Convento de la Merced de la Ciudad de Toledo; cuyo assumpto es el milagro de panes, y pezes, con tanta multitud de figuras, variedad de trages, distancias, y términos, que acredita bien la gran pericia, que tenía el Autor en el Arte”.

En la Carta Quarta, Ponz[6] indica que en el refectorio del convento de Santa Catalina de la Merced de Toledo “hay un quadro de gran tamaño, y en que manifestó su habilidad Fr. Agustín Leonardo: representa el milagro de Jesu-Christo en multiplicar los panes. De su propia mano puede V. ver dos pinturas en la escalera de la Merced de esa Corte, que representan una la Aparición de nuestra Señora a S. Ramón, que guarda unas ovejas: otra el pleyto que ante el Papa perdieron los Caballeros de la Orden contra los Religiosos. Destaca: “fue Religioso Sacerdote y Predicador de fama de la Orden de la Merced, y su mayor mérito de pintura fue en los retratos. Murió ácia el año de 1640, pasados los 60 de su edad, en el Convento de su Orden en la Corte”.

Nos interesa la descripción del cuadro dentro del Arte de Pintar:

Dentro del Arte de Pintar[7] ponen como ejemplo a fray Agustín Leonardo de una buena disposición en su cuadro de la Multiplicación de los panes y los peces. La disposición señalan que es otra perfección de la pintura y es la debida colocación de todas las figuras y personas de que consta la pintura. Destacan a fray Agustín Leonardo que “en un cuadro grande del refectorio del convento de Nuestra Señora de la Merced de Toledo, representó el milagro de los peces y los panes con tanta multitud de figuras, variedad de trajes, distancias y términos, que acreditó noblemente el gran ingenio de su autor, su singular pericia y admirable habilidad”.

 


Incluimos como referencia un cuadro de Bartolomé Esteban Murillo[8] (1617-1682) titulado Milagro de la multiplicación de los panes y los peces (1669-1670) de la Colección Hospital de la Santa Caridad, por hacernos una idea de cómo podría ser la composición del cuadro desaparecido.




Sabemos que en 1666 llegó un cuadro (un enorme lienzo) de Juan Antonio de Frías y Escalante de Madrid al Monasterio mercedario del Puig, pero es una obra no localizada.



Otro artículo del padre Mario Alonso sobre el Convento mercedario de Santa Catalina figura en el siguiente enlace:

https://www.realacademiatoledo.es/downloads/toletum_cont1/760/la-heraldica-en-el-convento-mercedario-de-sta.-catalina-martir-de-toledo.pdf

[3] CARRETERO CALVO, Rebeca. Los pintores turiasonenses fray Agustín y Francisco Leonardo de Argensola. Tvriaso XVIII. 2005-2007 pp. 151-196, p.163.

[4] Vázquez Nuñez, fray Guillermo, Conventos de la Orden de la Merced, Boletín de la Orden de la Merced abril-junio 1932, pp. 135-172. La reseña sobre el convento de Toledo está en pp. 155-156.

[5] Palomino de Castro y Velasco, Antonio. El museo pictórico t escala óptica. Madrid, Sancha,1797, p. 441.

[6] PONZ, Antonio. Viage de España. Madrid, Joaquín Ibarra 1788, p. 154.

[7] MAYÁNS Y SISCAR, GREGORIO, ‎LEÓN ALONSO, AURORA – 2019. Arte de Pintar. Servicio de Publicaciones Universidad de Huelva. Primera edición de 1996, p. 98.




© María Pilar Saura Pérez del texto e imágenes, salvo las facilitadas por diversas instituciones. Obra realizada sin ánimo de lucro para la divulgación histórica y devocional mercedaria.

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